Con motivo del centenario de Platero y Yo, se creó un museo escultórico al aire libre que integran piezas inspiradas en distintos capítulos de la universal obra de Juan Ramón, así como las estatuas de Juan Ramón y Zenobia que ya se levantaban en las plazas del cabildo y del Marqués.

Con motivo del Año Platero distintos autores pusieron lo mejor de su capacidad artística para crear este homenaje permanente al poeta y a su universal personaje.

Estatua de Juan Ramón Jiménez

Estatua de granito que representa al genio lírico moguereño en su plenitud creativa, situada en la plaza del Cabildo, frente a la fachada del edificio del Ayuntamiento. Es obra del gran escultor valenciano Octavio Vicent que la realizó en 1981 con motivo del centenario del nacimiento del poeta. En la actualidad está rodeada de una fuente y junto a ella se celebran numerosos actos literarios.

Estatua de Zenobia Camprubí

Realizada en homenaje a la que fuera esposa y principal colaboradora del premio Nobel, Zenobia Camprubí, una de las mujeres más preparadas de su tiempo cuyo apoyo resultó decisivo para que Juan Ramón pudiese construir su enorme universo poético. La escultura representa a una Zenobia activa y cosmopolita, y es obra de José Luís Rosado, Javier Díez y Pablo Vallejo. Ubicada en la plaza del Marqués.

Platero

Primera estatua del museo al aire libre dedicada a la figura del burrillo ‘Platero’ e inspirada en el capítulo I de la obra. Su autor es el artista sevillano Álvaro Flores, ganador del concurso internacional de ideas convocado al efecto por la Fundación Municipal de Cultura. La obra está realizada en bronce y representa a ‘Platero’ como un burro joven, humilde y dócil, cualidades que Juan Ramón otorgó a su inseparable compañero. Ubicada en la plaza del Cabildo.

Idilio de Abril

Composición en bronce inspirada en el capítulo XLII de “Platero”, una obra plena de lirismo que roza incluso el estilo barroco y cuyo autor es Pedro Requejo. La escultura se encuentra en la plaza de la Iglesia y describe la escena de Platero cargado de flores regresando de un paseo por el campo moguereño, entre las risas de los niños que lo acompañan, sorprendidos todos por una tormenta de abril.

El niño y el agua

Situada en la puerta de la casa natal de Juan Ramón en la calle Ribera, es una composición en bronce inspirada en el capítulo del mismo nombre y representa al niño al que el Nobel describe absorto ante el agua que fluye de una fuente, con pajarillos sobre su mano. La obra de Francisco Martín Molina se ha diseñado también como una fuente pública de agua potable.

Asnografía

Situada junto al ábside de la iglesia del Monasterio de Santa Clara e inspirada en el capítulo LV de Platero y Yo en el que Juan Ramón se cuestiona porqué un animal como el asno no tiene una definición apropiada en el diccionario cuando es "tan intelectual, amigo del viejo y del niño, del arroyo y de la mariposa...". Su autor Víctor Pulido utilizó láminas de metales convertidas en trazos de letras y nombres para dar forma a los inconfundibles volúmenes de Platero.

El tío de las vistas

Ubicada en la Plaza del Marqués junto a la escultura dedicada a Zenobia Camprubí. Se inspira en el capítulo LIX de Platero donde J. Ramón describe la llegada al pueblo de este personaje, tocando su tambor y portando su caja de imágenes con «vistas» de distintos lugares y personajes del mundo. Este complejo escultórico en bronce a tamaño real es obra del artista Martin Lagares.

Darbón

Preciosa figura ubicada junto al convento de de San Francisco obra del escultor y fundidor de metales Chiqui Díaz, que representa al singular protagonista del capítulo XLI de la obra, Darbón “el médico de Platero”. El autor desarrolló una técnica propia que conjuga volúmenes metálicos en acero patinado con espacios abiertos que dotan a la obra de una gran frescura y modernidad convirtiéndola en una pieza verdaderamente única.

Aguedilla

Estatua situada en la actual calle Rábida, antigua calle del Sol, donde vivía Aguedilla, personaje al que J. Ramón dedica la primera edición de Platero. Su autora es Monika Rasco que ha dado vida a la entrañable mujer que mandaba al poeta “moras y claveles” representándola en movimiento sobre un sendero rodeado de plantas de la zona, realizadas como la misma figura en hierro reciclado.

La Miga

Junto al antiguo colegio Pedro Alonso Niño, la escultura se inspira en el capítulo VI titulado “La miga” que alude a las antiguas guarderías en las que un "maestro o maestra " daban clases a los más pequeños, y es un homenaje a estos educadores. Su autora es la moguereña Mª José Díaz Olivares, y está realizada con acero corten, bronce y acero inoxidable pulido. El conjunto escultórico lo integran las figuras de un maestro y una maestra bajo la copa del árbol del conocimiento.